Dado que la construcción del entonces llamado Palacio de la Inquisición fue proyectada inicialmente para funciones radicalmente distintas de las que ejercería a partir de que recibiera a la Escuela Nacional de Medicina (ENM) en 1854, fue necesario realizar adaptaciones en sus instalaciones.

La primera remodelación sucedió en el segundo patio, espacio en el que se instalaron el comedor, la capilla, las piezas de los prefectos y los dormitorios del internado; es decir, aquellas habitaciones destinadas a alojar a los estudiantes que llegaban del interior de la República, como fue el caso del destacado dramaturgo Manuel Acuña, quien se entregó a la oscuridad de la muerte en la habitación número 13 la noche del 6 de diciembre de 1873.

La estructura prevaleció hasta 1879, fecha en la que durante la administración del doctor Francisco Ortega del Villar se plantearía la inédita visión de un modelo formativo integral. El proyecto concebía aulas, laboratorios, biblioteca, museo, anfiteatro, caballeriza, observatorio meteorológico y gimnasio, lo que impulsaría a reestructurar el diseño del aposento con la edificación de un tercer nivel donde se instalarían los anfiteatros, cometido que estuvo bajo el genio del ya consagrado arquitecto Luis G. Anzorena.

Este sublime espacio permaneció con tales modificaciones durante un periodo de 89 años. Tiempo después, mientras transcurría el año de 1910, la ENM pasaría a ser parte de la Universidad Nacional de México, y junto a otras dependencias de la Universidad conformaría el famoso Barrio Universitario, convirtiéndose en engranaje de la dinámica de una impetuosa ciudad.

Mil 593 alumnos de la Escuela dieron vida a cada rincón del Palacio durante 102 años, desde 1854 hasta el 17 de marzo de 1956, día en que haría su mudanza a Ciudad Universitaria.

Fotografías del Archivo Histórico del Palacio de la Escuela de Medicina FM, UNAM

En lo que respecta a la historia de nuestra nación, este recinto nos expone la herencia del barroco novohispano y los errores virreinales; y atesora entre sus pasillos las hazañas de cómo se fue construyendo la salud de un país y el legado de la Medicina mexicana, destacando como un patrimonio con formidable valor simbólico.

Con información de la Dra. Martha Eugenia Rodríguez Pérez, Profesora Titular “C” de Tiempo Completo y exJefa del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, Facultad de Medicina, UNAM

Por Athziry Portillo.