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“Desde muy joven tuve un interés especial por el cuerpo humano y su capacidad de regenerarse, y esta curiosidad se fortaleció cuando me lesioné una mano y la Fisioterapia me ayudó a recuperar la funcionalidad sin ninguna secuela, es por eso que ayudar a las personas a mantenerse en un estado de salud óptimo me motivó a estudiar esta carrera”, expresó Luis Ángel Ortiz Maldonado, pasante de la Licenciatura en Fisioterapia (LF) de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Él se encuentra realizando su Servicio Social en las Brigadas de Salud y Desarrollo Comunitario “Minería Saucito”, en el estado de Zacatecas. “Mi experiencia ha sido totalmente enriquecedora tanto a nivel personal como profesional. He aprendido la importancia de la rehabilitación en aspectos que no conocía como el ámbito laboral, y he tenido la oportunidad de crear consciencia sobre la importancia de la Fisioterapia y el cuidado de la salud en la atención a trabajadoras y trabajadores mineros”, resaltó.

Además de los conocimientos profesionales y académicos que ha adquirido y puesto en práctica durante este tiempo, refirió que también ha mejorado su comunicación con pacientes de diferentes contextos culturales, ha fortalecido sus habilidades de trabajo en equipo, ha perfeccionado los procesos de evaluación y razonamiento clínico, y sobre todo “he aprendido a ser más empático y a tener una perspectiva más amplia de lo que es la Fisioterapia”, puntualizó. 

A su vez, agregó que en su pasantía se ha dedicado a diseñar intervenciones fisioterapéuticas individualizadas. “Al brindar atención a personal que trabaja en una mina, todos los planes de tratamiento deben estar enfocados hacia las actividades y el puesto laboral de cada paciente”, explicó el pasante al argumentar que uno de los elementos más importantes para prevenir lesiones y accidentes laborales en este sector poblacional es la educación en salud.

“Como pasante de Fisioterapia he participado en programas de capacitación continua con ponencias, ferias de salud y videos corporativos, incitando a la comunidad minera a hacer actividad física, cuidarse y potenciar sus capacidades funcionales para tener un estilo de vida más saludable”, comentó.

Luis Ángel considera que el mayor desafío que ha enfrentado hasta ahora ha sido adaptarse a las condiciones y necesidades específicas de la población que atiende, “cada lugar tiene su propia dinámica y problemáticas de salud, y eso también afecta en el proceso de rehabilitación y en el desempeño dentro de su entorno laboral, lo que me ha obligado a ser más creativo y flexible con mi enfoque terapéutico”, mencionó.

De igual manera, indicó que su actuar como fisioterapeuta dentro de estas brigadas ha tenido un gran impacto no sólo en la mejora del estado de salud de la población en general, sino también ha traído un beneficio económico: “Que las personas se reincorporen lo más pronto posible a sus actividades laborales después de una lesión o accidente, les ha permitido mitigar las pérdidas económicas ocasionadas por estas situaciones”, apuntó.

Finalmente, Luis Ángel aseguró que “con esta lección de vida he reforzado mi compromiso de brindar atención de alta calidad y centrada en la persona. Me he conocido más a profundidad y me he demostrado de lo que soy capaz al salir de mi zona de confort”, e invitó a sus compañeras y compañeros a elegir una sede foránea y atreverse a expandir los límites de la Fisioterapia en México.

L. Ixchel Díaz